6/11/08

¡Están despedidos!

Hoy, y para mi ya menoscabada capacidad de asombro, veo en la misma edición de un diario capitalino dos eventos, noticias o como le quieran llamar (que ya el concepto de “noticia” ni sé qué significa) que cautivaron mi atención.
El primero anunciaba el viaje de descanso de Piñera a Isla de Pascua, lo que no me presenta ningún problema o tema de discusión. Otro asunto son sus acompañantes, que el periodista identificaba como el senador Allamand y la diputada Cubillos, entre otros.
¡Bah, qué raro! No sabía que el Congreso estuviera de vacaciones… pero ¿cómo? ¿no lo está? ¿y entonces los parlamentarios pueden adelantar sus vacaciones? ¿irán a las sesiones en febrero? Raro sería, porque el congreso abre sesiones la primera semana de marzo y las cierra la tercera de enero.
La otra noticia era sobre un programa de radio, en donde participaban como panelistas otros dos notables, el senador Longueira y la recientemente nombrada diputada Pérez (Lily). El programa, que se puede oír de lunes a viernes desde las 8 hasta las 9:30 de la mañana, es bien bueno e interesante. Uno de esos espacios con los que se puede contar a la hora de obviar el taco matutino, el tipo de atrás que parece enamorado del sonido de su bocina, de la niña de adelante que se pinta en cada luz roja y se demora lo suficiente como para que en la cuadra entere resuenen las más variadas melodías automovilísticas. Es de esos programas en que se discute política pero se invita al Dandy chileno, para que no sea tan densa la cosa. Pero aquí también se me produce una contradicción, porque yo tenía entendido que el Congreso estaba ubicado en Valparaíso, pero la radio está en Santiago. Si el programa termina a las 9:30 y después de eso se dirigen en velocidad-parlamentaria a sus oficinas quizá estén sentados en ellas alrededor de 12 del día…
¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Qué tonta he sido!
Mañana mismo le digo a mi jefa que como ando medio cansada con tanta pega me voy a tomar unas dos semanitas de vacaciones, que obviamente no afecten las que me corresponden en febrero. Además, agregaré, que en lo que queda del año no me esperen antes de las 11:30 porque tengo otros trabajos que hacer, para abultar mi ingreso mensual, ya que si los notables de la república lo pueden hacer, ¿por qué yo no?
Claro que veo un pequeño problema en todo mi plan. Mi jefa perfectamente me puede decir, “¿Sabe qué más linda? Parece que no vamos a seguir contando con sus servicios”, pero yo por más que lo quiera no le puedo gritar a estos cuatro, y a todos los demás que se comportan como ellos, “¡Están despedidos!”, como bien se lo merecen.